Luis Gómez es especialmente consciente de los niños que pasan por la despensa de alimentos First Presbyterian Kimbark, en el barrio de Woodlawn de Chicago, donde trabaja como voluntario cada semana. Cuando era pequeño, le habría encantado ir a un lugar como este, con mesas llenas de comida nutritiva, carne y alimentos de larga duración gratuitos.
Mientras crecía con sus tres hermanos y su madre soltera, Gómez no tenía mucho que comer. "Vengo de los barrios marginales de Ashland y Race", explica. "Mi madre pedía comida a nuestros vecinos, pero ellos tampoco tenían".
Gómez recuerda que comía pimientos picantes con pan, y en otra ocasión cebollas crudas, cualquier cosa que su familia pudiera conseguir.
"Estar sin comida me producía ansiedad en el corazón y en el alma", dice.
Recuerdos como este son los que motivan a Gómez a trabajar como voluntario todas las semanas en la despensa de alimentos de First Presbyterian Kimbark. Vive a media cuadra de allí con su novia y dos niños a los que se esfuerzan por dar de comer regularmente.
Gail Robinson, coordinadora de la despensa, dice que Gómez es un héroe anónimo de la despensa y una de las razones clave por las que su Free Food Market puede servir a unas 130 familias cada semana. Está ahí todos los miércoles para preparar todo y todos los jueves para distribuir alimentos, ayudando a proteger a sus vecinos de la dura realidad del hambre.
La despensa de alimentos de First Presbyterian Kimbark atiende a unas 130 familias cada semana gracias a voluntarios como Gómez.
Cuando se le preguntó qué mensaje le daría su yo más joven al ver su trabajo para asegurar que otros tengan suficiente comida, Gómez se emocionó. Con lágrimas en su rostro, finalmente susurró: "Sonreiría".
"Este lugar representa mis esperanzas y sueños de ayudar a los demás", dijo Gómez, de pie detrás de la mesa de productos de la despensa de alimentos. "Este lugar es mi corazón".
Los miles de voluntarios que ayudan a nuestras despensas y otros programas de comidas a llevar a cabo su trabajo en comunidades de todo el Condado de Cook son el alma del trabajo de El Banco de Alimentos de Chicago. Su dedicación y pasión hacen posible alimentar a nuestros vecinos que sufren inseguridad alimenticia. ¡Únete a nosotros en nuestra misión de acabar con el hambre! Aprende todas las formas en que puedes ser voluntario para contribuir con un impacto positivo en tu comunidad.
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